• Aunque la cartera hipotecaria muestra un buen comportamiento, la profundización del crédito de esta modalidad sigue estancada alrededor del 7% del PIB debido, en parte, a la alta informalidad laboral que limita el acceso a los modelos tradicionales de evaluación.
• El enfoque centrado en el ingreso formal excluye a millones de hogares con capacidad de pago. Existe una elevada correlación entre informalidad, bajo acceso al crédito y mayores niveles de déficit habitacional en varias regiones del país.
• Experiencias internacionales demuestran que incorporar algunos comportamientos de pago al medir riesgo puede resultar en una mayor inclusión en el sistema financiero y en mayores ganancias para la banca.
• En Colombia, más de la mitad de la población ocupada se encuentra en la informalidad y un 40% de los hogares son arrendatarios que destinan una proporción significativa de su ingreso al pago del arriendo, lo que refuerza la necesidad de complementar el modelo tradicional con información sobre egresos y comportamiento de pago.
• Avanzar hacia metodologías más integrales permitiría habilitar nuevos perfiles de demanda, fortalecer la política habitacional y profundizar el crédito hipotecario de manera sostenible, siempre bajo un marco regulatorio y prudencial adecuado.

