• La pandemia del COVID-19 ha afectado la dinámica socioeconómica mundial y representa un
importante reto para los gobiernos y sus economías. Las tensiones sobre los mercados globales,
derivadas de la propagación del virus y la caída del precio del petróleo, repercutieron
negativamente sobre la dinámica comercial y generaron gran incertidumbre y volatilidad en los
mercados financieros.
• El impacto del coronavirus sobre las economías mundiales ha generado que las autoridades
económicas anuncien medidas para mitigar los efectos de la crisis, entre las que se destacan: (i)
la disminución de las tasas de interés, (ii) la ampliación del alcance de las operaciones repo; (iii)
la compra de títulos de deuda pública y privada; (iv) las subastas de liquidez en moneda
extranjera y (v) la reducción del encaje bancario.
• El panorama actual hace necesario una relajación temporal de algunos requisitos
reglamentarios de las entidades financieras, especialmente los relacionados con los colchones
regulatorios de capital y liquidez. De esta forma, las autoridades están: (i) alentando a las
instituciones a desacumular los colchones de capital contracíclicos, (ii) ajustando los porcentajes
de los Activos Ponderados por Nivel de Riesgos, y (iii) eliminando la aplicación temporal de los
límites de los ratios de cobertura de liquidez.
• El brote del COVID-19 ha transformado el panorama económico a nivel mundial. A la interrupción de las cadenas internacionales de suministro, la desaceleración de la demanda y las cuantiosas pérdidas que han experimentado los mercados de capitales, se suma la incertidumbre sobre el tiempo que durará en erradicarse el virus y la magnitud de su impacto sobre la economía global.
• Para enfrentar esta situación, algunos países han optado por cerrar sus fronteras e, incluso, establecer cuarentenas, ralentizando su comercio exterior, el flujo de turistas y la demanda interna. Al respecto, las autoridades económicas han tomado decisiones, tanto monetarias como fiscales, con el ánimo de brindar mayor liquidez a la economía y proteger a los hogares y empresas afectadas por la paralización de la actividad productiva.
• En el caso colombiano, la materialización de este riesgo no contemplado, aunada al rompimiento del acuerdo entre Rusia y la OPEP, ha generado choques de oferta y demanda de gran magnitud que han afectado ostensiblemente indicadores como la prima de riesgo y la cotización del peso colombiano frente al dólar, entre otros.
El sistema financiero ha sido uno de los sectores que ha tomado medidas para enfrentar el aislamiento social promovido para detener la expansión del Covid-19. Con decisiones como la refinanciación de créditos, la reducción en tasas de interés o el impulso de la banca digital, los bancos han apoyado las disposiciones de las autoridades. Santiago Castro, presidente de Asobancaria, resaltó las medidas que ha tomado el Gobierno y también la solidez con la que el sistema llega a esta coyuntura.
Los bancos privados respondieron las solicitudes de millones de colombianos y empresas que reclamaban alivios en sus deudas crediticias ante la situación de emergencia económica que generó la propagación del virus Covid-19 en el país.
La propagación mundial del Covid-19 no ha dado tregua. La pandemia, que ya se extiende a más de 140 países, amenaza con cobrar más vidas humanas y afectar la economía mundial pese a las distintas medidas de flexibilización que han implementado gobiernos y bancos centrales en los países más afectados.
• A nivel internacional, las empresas que buscan aumentar su productividad mediante la adquisición de activos, sin incurrir en mayores desembolsos de capital, utilizan el leasing más que cualquier otro producto financiero. En Colombia este producto es el segundo mecanismo de financiación y ocupa la cuarta posición en el ranking de productos de todo el sector financiero.
• El leasing se configura como un producto financiero a la medida de cada cliente, pues la estructuración de los planes de pago le permite ajustarse a las necesidades de cada empresa al contar con periodos de anticipos y modalidades de amortización (gradientes) que se adecuan al modelo financiero y a los flujos de caja de cada compañía. Además, en el análisis de riesgo de estas operaciones, generalmente las entidades financieras tienen en cuenta el nivel de riesgo del cliente y del activo, por lo que, al ser menor, la entidad puede ofrecer menores tasas de interés e incluso un mayor apalancamiento sobre el activo de capital.
•La industria de leasing en los países europeos y en Estados Unidos se ha concentrado en la financiación de equipos industriales y vehículos, especialmente en equipos de comunicación, computadores, equipos médicos y vehículos de carga. Incluso, en estos países las compañías financiadoras de activos han buscado perfilar el portafolio de productos y su estructuración misma de la forma más flexible posible. Esto permite abordar rápida y eficazmente las necesidades, tanto de sus clientes como de los proveedores de los activos, cuya base está en los modelos de economía circular y medioambientalmente sostenibles.
El sistema financiero se encuentra en capacidad de mantener su actividad sin contratiempos, ante el nerviosismo mundial por la expansión del coronavirus en el mundo.