
- La activación de la cláusula de escape en 2025 marca un punto de inflexión en el manejo fiscal del país. En un contexto sin choques externos evidentes, esta decisión excepcional abre un debate sobre la solidez del marco fiscal y la capacidad del Gobierno para enfrentar presiones estructurales sin comprometer la credibilidad macroeconómica.
- El creciente desbalance entre ingresos y gasto revela limitaciones estructurales del sistema fiscal. Con un déficit proyectado de 7,1% del PIB y un recaudo tributario estancado en 14,4% del PIB pese a múltiples reformas, las cuentas públicas enfrentan una presión creciente. A esto se suma la rigidez del gasto: el 86% del presupuesto está atado a compromisos ineludibles, lo que deja al Gobierno con un margen muy limitado para realizar ajustes.
- Los mercados ya reaccionan ante los riesgos fiscales: suben los intereses, cae la confianza y se eleva el riesgo país. El deterioro fiscal amenaza con la pérdida definitiva del grado de inversión, encareciendo la financiación externa y restringiendo el acceso a recursos clave como la Línea de Crédito Flexible del FMI.