- También abre la posibilidad a incrementos en la tasa de política monetaria en 2026.
Bogotá, 30 de diciembre de 2025 (@Asobancaria). El salario mínimo cumple el rol de piso legal para los trabajadores formales. No obstante, cualquier incremento debe basarse en un análisis riguroso de la coyuntura laboral, productiva e inflacionaria, con el fin de contrarrestar efectos adversos sobre el empleo, la formalización y el bienestar de los hogares.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), alrededor de 11,4 millones de personas, equivalentes al 49% de los ocupados, perciben ingresos inferiores al salario mínimo, en su mayoría en condiciones de informalidad. Además, solo 2,4 millones de trabajadores (10% de los ocupados) reciben exactamente un salario mínimo.
Aún más preocupante es que, en el último año, el número de personas que ganan menos de un salario mínimo aumentó en 1,2 millones, mientras que quienes reciben exactamente un mínimo disminuyeron en 1,3 millones. Esto evidencia un deterioro en la calidad del empleo y un retroceso en la formalización.
En este contexto es relevante mencionar que un aumento del salario mínimo por encima de la inflación y la productividad tiene un impacto directo sobre el comportamiento de los precios. Según cálculos de Asobancaria, por cada punto porcentual de incremento del salario mínimo que supere los criterios técnicos, la inflación puede aumentar en promedio entre 10 y 16 puntos básicos (pbs).
Así, con un incremento del 22,7% en la base del salario mínimo para 2026, se estima que el impacto obre la inflación estaría entre 165 y 263 pbs. Esto limita de manera significativa el margen de acción del Banco de la República y abre la posibilidad de subidas en la tasa de política monetaria durante el primer semestre del año.
Lo anterior se traduciría en condiciones de financiamiento más restrictivas para hogares y empresas, afectando decisiones clave como la inversión en educación, el emprendimiento y la adquisición de vivienda. En este sentido, el alza del salario mínimo también incide indirectamente sobre el acceso al crédito y el dinamismo económico.
Aumentos excesivos como el decidido por Gobierno nacional elevan los costos laborales, reducen la capacidad de contratación de las empresas y fomentan la informalidad. Lejos de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores más vulnerables, estos incrementos terminan excluyendo a una mayor proporción de la población del empleo formal.

