En el cierre de la 51 Convención Bancaria de Colombia, la Asobancaria entregó un reconocimiento al expresidente de Seguros Bolívar por su larga trayectoria al frente de una de las compañías más importantes del sector asegurador. También se le destacó por su labor como empresario y su filosofía filantrópica. En la foto: Juan Manuel Santos, presidente de la República; José Alejandro Cortés, expresidente de Seguros Bolívar; y Santiago Castro, presidente de la Asobancaria.
En el cierre de la versión 51 de la Convención Bancaria, José Alejandro Cortés fue reconocido con el premio por su vida y obra dentro del sector financiero. El galardón, anunciado por el presidente de Asobancaria, Santiago Castro, fue entregado a Cortés por el presidente de la República, Juan Manuel Santos. En el video emitido en la ceremonia de premiación, se contó la historia de Cortés como empresario y se reconoció el trabajo que ha hecho como apoyo a diversas fundaciones, como Empresarios por la Educación o Probogotá, además de la creación del Premio Simón Bolívar. Al aceptar el premio, Cortés arrancó diciendo que este momento que atraviesa la banca colombiana es bastante alentador, ya que aprendió las difíciles lecciones de la crisis de finales del siglo pasado y pudo capotear los problemas financieros globales de 2008.
Con la idea de facilitar las transacciones a los consumidores y a las entidades bancarias, Redebán Multicolor le apuesta a la billetera virtual con los códigos QR y los minidatáfonos. LR dialogó con el presidente de RBM, Andrés Duque Martínez, sobre estos nuevos proyectos y las expectativas para finalizar 2016. (…) Santiago Castro, Presidente de Asobancaria “Creo que la banca ha abrazado a las fintech. Todos los desarrollos de los grandes bancos están enfocados en eso”.
Asobancaria en sus ochenta años de existencia ha sido partícipe de los más importantes acontecimientos económicos de Colombia. Desde su creación, ha trabajado para que el sector financiero sea el soporte de una economía que avanza de manera decidida hacia el primer mundo.
La disminución de la pobreza ha sido una de las conquistas sociales más importantes de nuestra historia reciente. Sin embargo, deben garantizarse condiciones económicas adecuadas para que no se propicien retrocesos en este campo. Creemos, en este escenario, que la pobreza se combate creciendo de manera sostenida e incluyente.
Desde la Asociación creemos firmemente que la equidad y la mejor distribución del ingreso se alcanzan cuando la economía está más cerca de su crecimiento potencial (entre 4,5% y 5,0%). Nos preocupa, sin embargo, el hecho de que algunas voces ya estén comenzando a vaticinar una caída en el potencial por cuenta de los choques recientes. Si bien la Paz o los proyectos 4G traerán consigo efectos virtuosos sobre el crecimiento potencial, lo cierto es que debemos generar una rápida convergencia a ritmos cercanos al 5,0% en los próximos años, si queremos superar los innumerables retos en materia de desarrollo.
En Asobancaria nos preocupan cinco elementos que podrían terminar minando la recuperación: i) la situación fiscal, ii) el marcado desbalance externo, iii) el sobreuso de efectivo, iv) los elevados niveles de informalidad y v) la elevada tasa de desempleo, superior al promedio regional.
La Asociación Bancaria plantea cinco propuestas que pueden ayudar a solventar parte de las dificultades: i) incluir en la próxima reforma tributaria un régimen simplificado en renta para el microempresariado, incentivos tributarios al uso de medios de pago electrónicos y establecer con la DIAN metas concretas de recaudo electrónico; ii) implementar algún mecanismo que garantice el registro único de pueblos y la definición de los plazos máximos para las consultas previas a comunidades y el trámite de licencias ambientales, elementos que permitirán dinamizar los proyectos de infraestructura 4G; iii) definir una hoja de ruta para el mercado de capitales que le permita avanzar en una senda de desarrollo y profundización; iv) mantener los incentivos tributarios tanto a la oferta como a la demanda para la adquisición de vivienda e v) incorporar en la agenda del Gobierno la Educación Financiera como uno de los grandes retos en materia educativa.
La expansión que experimentó la economía colombiana hasta 2014 tuvo un carácter heterogéneo entre las diferentes regiones del país. En efecto, después de 10 años de crecimiento, solo Bogotá, Antioquia y Valle contribuyeron con casi 50% del PIB nacional. El sistema financiero colombiano, por su parte, se constituyó como el catalizador de dicho crecimiento al expandirse a ritmos mayores que la actividad productiva, un hecho que desde luego se reflejó en una mayor irrigación del crédito en la economía. No obstante, a pesar de haber beneficiado a todos los sectores económicos, dicha expansión del crédito se ha dado también de forma asimétrica entre las regiones del país.
La existencia de una relación positiva entre profundización financiera y crecimiento económico es de vieja data. El mayor crecimiento económico y el financiamiento asimétrico del crédito en algunas regiones permiten comprender que no todos los departamentos han logrado sacar provecho de los beneficios que trae el sector financiero para acelerar su crecimiento, apalancar la actividad productiva e imprimir una mayor dinámica económica.
Este resultado plantea que la profundización financiera regional se constituye como uno de los grandes desafíos en los próximos años en el propósito de continuar luchando por el cierre de las brechas regionales. Pero no solo en materia de actividad productiva sino en materia social, un factor que luce crucial de cara a un eventual posconflicto. Este camino, sin embargo, es un reto producto de múltiples elementos que explican el atraso relativo entre departamentos y en cómo estos constituyen barreras para el acceso al crédito.
Uno de los más importantes es la elevada tasa de informalidad. Departamentos con mayores niveles de informalidad presentan menores niveles de profundización financiera, pues las presiones tributarias, entre otras, se constituyen como razones para que las personas y empresas decidan no formalizar sus actividades. Esto, sin duda, impone serias restricciones al acceso al crédito formal.
Esto se ve reflejado aún más cuando comparamos la cartera de microcrédito y la informalidad. Los departamentos más informales cuentan con una profundización del microcrédito mayor, debido a que las condiciones para acceder al microcrédito son más laxas y cubren mejor el riesgo al tener una tasa de interés por encima de la tasa de usura. Esto implica que los esfuerzos del gobierno y la banca para incluir a las personas informales al mercado de crédito formal han sido exitosos.
El nivel educativo de la población, por otro lado, también juega un papel importante en las dinámicas que puede seguir una sociedad en materia de profundización financiera, ya que su formación puede fomentar el interés por sofisticar sus actividades productivas. De igual forma, en los departamentos donde la institucionalidad es débil, los gobiernos son más propensos a ser más corruptos o a generar poca confianza, lo que disminuye el incentivo a realizar nuevas inversiones.
Son precisamente estos hechos los que necesitamos superar si queremos solucionar estas asimetrías y eliminar las brechas regionales en el acceso al crédito. Por lo tanto, necesitamos comenzar a fomentar acciones que permitan su superación. La próxima reforma tributaria se concibe con un escenario ideal para comenzar a materializar estas acciones, pues debe propender por eliminar los incentivos perversos hacia la informalidad. También es necesario mejorar los sistemas de información y flexibilizar las tasas de interés con el fin de llegar a una mayor población. Asimismo, una política educativa que incluya la educación financiera y promueva la búsqueda de oportunidades por parte de los individuos, así como un mayor fortalecimiento de las instituciones locales que promueva la confianza para nuevas inversiones en los territorios, luce imperativa para este propósito.
La banca continuará irrigando la mayor cantidad de créditos en la economía a pesar de las adversidades económicas de la coyuntura actual, pero las tareas tendientes a eliminar las asimetrías de financiación regional no dan espera.
Fuente: La República