• La financiación de vivienda tiene un impacto significativo sobre la calidad de vida de los hogares. Incrementa las posibilidades de obtener casa propia y, de esta manera, contribuye a la reducción del déficit habitacional en el país. Para lograr este objetivo, los esfuerzos iniciales deben concentrarse en la estructuración de los créditos a la construcción de dichas edificaciones, donde se presenta un esquema de apalancamiento y nivel de riesgos particular.
• El uso del esquema fiduciario de preventas viene ganando terreno de forma importante, al constituirse como un mecanismo de mitigación de riesgos. Así mismo, el mercado viene adoptando el instrumento de fiducia completa que supone un control más estricto y de mayor duración sobre el desembolso de recursos.
• El saldo de cartera vigente para constructores de vivienda alcanzó en agosto de este año un valor de $12,7 billones, exhibiendo una contracción real anual de 6,1%. Dicho comportamiento también se reflejó en un mayor deterioro de la calidad de la cartera, influido por un nivel de ventas de unidades habitacionales más bajo, principalmente en la vivienda diferente a interés social.